Es sabido que algunas razas de perros y de otros animales están consideradas por la comunidad médica internacional como potentes aliados para combatir los efectos de determinadas enfermedades. Los Golden Retriever por ejemplo son perros que se muestran especialmente afectuosos con los dueños y se preocupan por su situación anímica. Es por ello que esta raza tiene múltiples aplicaciones de cara al tratamiento de enfermedades y a la recuperación de enfermos. Además, las terapias que introducen estos animales contribuyen a mejorar otros aspectos relacionados con la sociabilidad o las emociones. Estas son solamente algunas de sus aplicaciones.
En primer lugar, los Golden Retriever son de gran ayuda para las personas convalecientes de cualquier tipo de enfermedad que haya mermado temporal o definitivamente su movilidad. Muchos de estos animales son entrenados precisamente para desarrollar todavía más sus funciones de asistencia, acompañando al paciente incluso si este se mueve con silla de ruedas. Esta diligencia y esta gran capacidad de atención a todos los obstáculos que encuentra a su paso propicia que estos perros sean algunos de los más utilizados para servir de ‘guías’ para las personas ciegas. Cada vez que detecta un peligro, el animal se detiene y alerta al dueño.
También arrojan resultados muy satisfactorios en el campo de las enfermedades mentales o en los traumas psíquicos. La lealtad y la compañía que muestran estos perros permiten que los pacientes afectados por una depresión se sientan más reconfortados y consigan plazos de recuperación más cortos. También sirven como terapia paliativa, es decir, que si bien no provocan una recuperación inmediata del paciente sí que posibilitan que los efectos de otros tratamientos resulten más provechosos. No pocas actitudes depresivas relacionadas con la soledad o la autoestima son notablemente mitigas por la compañía de estos animales, incluyendo los que no han sido entrenados.
En este sentido, los Golden Retriever tienen unos sentidos de la vista y el olfato extraordinariamente desarrollados. Esta sensibilidad propicia que los perros detecten cambios en la persona a la que acompañan antes incluso de que los propios médicos lo aprecien. En consecuencia, su anticipación ante los episodios cardíacos , la insuficiencia respiratoria, caida de los niveles de glucosa etc llega a ser clave para atender a tiempo al paciente. Por otro lado, cada vez es más frecuente los niños con trastornos autistas reciban la compañía de esta raza de perros. El contacto con los animales contribuye a mejorar la comunicación emocional de los más pequeños.